Cómo convertirte en un líder en el siglo XXI
Para que cualquiera de nosotros pueda convertirse en un líder en el siglo XXI, debe conocer en primer lugar cuál es la definición de dicho término. Según la Real Academia Española (RAE), la palabra líder proviene del inglés leader y hace referencia a la persona a la cual un grupo sigue y reconoce como su jefe u orientador.
Cuando pensamos en un líder, las primeras palabras que se nos vienen a la cabeza son conducir, guiar, dirigir, y similares. De ello se puede deducir como una buena definición de líder la siguiente: El líder es la persona que en un grupo ejerce una mayor influencia en el resto de integrantes, considerándosele jefe u orientador y que presenta la habilidad de convencer a los demás para que trabajen con entusiasmo con el fin de lograr los objetivo definidos.
Es importante saber que en la mayoría de los grupos existe o debe existir un líder, que se caracteriza principalmente por ser la figura tomada como referente dentro del mismo. Un partido político, un club social, un grupo religioso, un gobierno, una empresa, un organismo, son algunos ejemplos de agrupaciones que tienen o necesitan tener un líder en sus equipos de trabajo.
Las principales funciones que ejerce un líder son las denominadas funciones ejecutivas y de dirección, además es el representante del grupo de cara al exterior y se encarga de introducir nuevos valores e ideas en el grupo con el fin de mantenerlo vivo y en constante crecimiento para el logro de sus objetivos. En líneas generales un líder no asume todas las funciones directamente sino que delega en otras personas cercanas a él y de confianza, con lo cual el líder debe tratarse de una persona con muy buenas dotes de gestión y coordinación dentro de sus cualidades.
Ahora llega el momento de aplicar el concepto de líder al siglo XXI y formularnos la pregunta: ¿cómo puedo convertirme en un líder en el siglo XXI? Esta cuestión es una pregunta abierta que voy a dejar para que todos los que disfruten de la lectura de este artículo se formulen y la trasladen a cada uno de sus casos particulares. Pero antes de esto, debemos formularnos una pregunta previa: ¿quiero ser un líder en el siglo XXI? Si ante esta pregunta tu respuesta es No supongo que no habrías llegado a este punto del artículo, a menos que te interese conocer algo más acerca del líder en el siglo XXI. Sea cual sea tu respuesta hay una clave: vamos al lío.
Un líder en el siglo XXI debe ser una persona con un don especialmente creativo e innovador. Para ello debe desafiar en casi todo momento la forma en la que se hacen las cosas, proponer hacer cosas distintas y apoyarse en las nuevas tecnologías como herramienta de valor añadido. Este es un punto clave muy importante a tener en cuenta a la hora de garantizar el liderazgo.
En la actualidad es muy importante tener unas habilidades comunicativas muy bien desarrolladas para poder ser un buen líder que exprese claramente sus ideas y conocimientos y sepa transmitirlos correctamente tanto al grupo como al exterior. Como añadido a ello, el líder debe tener una buena capacidad de planificación para conducir al grupo en cada momento por el camino correcto y así garantizar la consecución eficaz de los objetivos.
Por otro lado, un líder debe ser flexible para adaptarse con mucha rapidez a los cambios que se producen en todo momento e incluso forzar a que se produzcan cambios cuando sea necesario. Además, debe tener muy bien trabajada la inteligencia emocional, y saber gestionar en cada momento las emociones y sentimientos tanto propios como ajenos y aprender de ellos para mejorar constantemente en sus acciones.
Un punto muy importante dentro del liderazgo que suele provocar en numerosas ocasiones errores es el rodearse de un buen equipo de trabajo. Como buen equipo de trabajo no hay que entender a un conjunto de personas cualesquiera captadas con el fin de obtener determinados objetivos, sino un conjunto de las mejores personas para poder conformar el mejor equipo de trabajo.
En todo momento y como fin último, el líder debe garantizar el bienestar en su grupo de trabajo y mimar a sus compañeros, puesto que un líder sin un grupo no podría ser un líder. Para cumplir con este objetivo, el líder debe ser apasionado, motivador, optimista, humilde, modesto y responsable.
Recuerda que el mejor liderazgo se establece presentando una actitud en todo momento amable, generosa y de servicio con los compañeros del grupo de trabajo.
Como conclusión, podríamos decir que un buen líder en el siglo XX sería el que realiza sus funciones con amor y tomándose como proyecto personal el propio liderazgo del grupo al que acompaña. Como broche de este artículo y a modo reflexivo les dejo con la siguiente pregunta: ¿en qué se diferencia un líder de un jefe?
Víctor D. Díaz Suárez
Fuente de la publicación en revista: http://forbes.es/business/8102/como-convertirte-en-un-lider-en-el-siglo-xxi/